martes, 19 de marzo de 2024

“Cuando las lenguas se desvanecen, también lo hace el rico tapiz de diversidad cultural del mundo"

La siguiente nota, con firma de Karen Esquivel, fue publicada el pasado 21 de febrero, en el sitio de noticias CNN Español. 




Las lenguas originarias en Latinoamérica están en peligro de desaparecer: ¿qué hay detrás?

En América Latina hay 522 pueblos indígenas que hablan 420 lenguas originarias distintas, según datos del Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La región es única por tener la mayor riqueza del mundo en familias lingüísticas con casi 100. Pero está riqueza está amenazada.

En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna –que se conmemora este 21 de febrero– la ONU advierte que cada dos semanas desaparece una lengua y se lleva consigo todo un patrimonio cultural e intelectual.

“Cuando las lenguas se desvanecen, también lo hace el rico tapiz de diversidad cultural del mundo. Se pierden oportunidades, tradiciones, memoria, modalidades únicas de pensamiento y expresión, recursos valiosos para garantizar un futuro mejor”, subraya el organismo.

Leonardo Herrera, coordinador del área de náhuatl de la Escuela Nacional de Lengua, Lingüística y Traducción (Enallt) de la UNAM, explicó a CNN que ha habido una injusticia con las lenguas originarias tras la llegada de los españoles, la catequización de los indígenas y las ideas de la Ilustración.

En el caso de Latinoamérica, casi una quinta parte de los pueblos indígenas ha dejado de hablar su lengua, según la Unesco. “En concreto, 44 pueblos utilizan como único idioma el castellano y 55 emplean solamente el portugués”.

Del total de las lenguas que se hablan en la región, el 26% se encuentra en serio riesgo de desaparición, señala el Atlas sociolingüístico. En algunas áreas como el Caribe insular las escasas lenguas que se conservan están prácticamente extintas. En El Salvador, por ejemplo, el náhuatl está en desaparición, detalla Herrera.
Las causas del desplazamiento de las lenguas indígenas

El desplazamiento de las lenguas indígenas está ligada a los procesos de globalización. El investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, Adalberto Santana Hernández, señala en un artículo en la revista UNAM Global que “aunque existen diversas lenguas maternas en el mundo, históricamente han sido subordinadas a un segundo plano debido a la visión eurocentrista que ha imperado en la conquista y la colonización de los pueblos”.

Esta visión, según afirma, ha hecho que dominantes a idiomas como el español, portugués, inglés y francés, provocando que muchas lenguas maternas en América Latina y el Caribe sean relegadas a un segundo plano.

En su informe “Lenguas indígenas, un legado en extinción”, el Banco Mundial enlista 10 factores que contribuyen en la pérdida de idiomas indígenas, entre los que destacan la transmisión intergeneracional, el papel de las tradiciones orales, el contexto sociolingüístico, conflictos políticos, exclusión social, impartición de la educación formal, entre otras.

La Unesco señala que la desaparición progresiva de las lenguas originarias “está relacionada, en la práctica, con la discriminación estructural a la que han sido sometidas, con la situación de vulnerabilidad de sus hablantes y signantes, cuyo uso real depende de la realidad diaria de sus realidades socioculturales, económicas, políticas, medioambientales y demográficas”.

Herrera dijo a CNN que el desplazamiento de las lenguas indígenas tiene mucho que ver con el desconocimiento de la riqueza lingüística en la cultura, la ignorancia y el clasismo que se vive en la sociedad. Además, muchos padres deciden no enseñar a sus hijos sus lenguas originarias porque saben que, al migrar de sus lugares de origen, solo hablarán español.

“Las lenguas están vivas, pero hay mucho riesgo, uno de los principales es la ignorancia de la gente, el burlarse, el no reconocer que eso es riqueza, son patrimonio inmaterial”, dijo Herrera.

La actriz mexicana Yalitza Aparicio –nominada al Oscar a mejor actriz por su trabajo en la película Romacontó en un acto de la ONU que a pesar de que sus padres hablaban diversas lenguas originarias, ni ella ni sus hermanos las aprendieron porque en casa solo les hablaban español.

“Pero la culpa no fue de nuestros padres, ellos consideraban que hablar español nos abriría más oportunidades, aunque significara cerrar la puerta a nuestras raíces”, subrayó la actriz.
Los esfuerzos para preservar las lenguas indígenas

La Asamblea General de la ONU proclamó el periodo 2022-2032 como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas del Mundo a fin de llamar la atención en distintas latitudes sobre la difícil situación de muchas lenguas originarias y movilizar recursos para su preservación, revitalización y promoción.

La UNAM en México realiza esfuerzos para preservar las lenguas maternas a través de la enseñanza en sus diferentes regiones del país. La Enallt tiene cursos de náhuatl que se imparten tanto a alumnos y académicos como a la comunidad externa interesada.

La ONU señala la importancia de generar una mayor conciencia colectiva especialmente en los primeros años de escolaridad y un mayor compromiso con el desarrollo de las lenguas en la vida pública de las sociedades.

Los expertos aseguran que hace falta una alfabetización para que los propios integrantes de las comunidades indígenas y los residentes de cada país puedan leer y comunicarse en lenguas indígenas y éstas deben enseñarse en las escuelas.
Diversidad lingüística en América Latina

La lengua quechua es la más hablada en América Latina, ya que se extiende a través de siete países: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, según el Atlas sociolingüístico de la Unesco.

Los datos del Banco Mundial señalan que Brasil es el país con mayor diversidad lingüística con un total de 186, le siguen México con 67, Colombia con 65, Perú con 47 y Venezuela con 37.

En Brasil, las lenguas con más hablantes son el trikúna, guaraní kaiowá, kaingang, makuxí y terena, según los resultados del Censo 2010 del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

En México, el náhuatl es la lengua más hablada con un 22,4%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), le siguen el maya con 10,5% y el tzeltal con 8%, tsotsil 7,5% y el mixteco con 7,2%.

En el caso de Colombia, entre sus más de 400.000 indígenas, las lenguas más habladas son wayú, paez y embera con más de 50.000 hablantes, según datos de la Universidad de los Andes y el Centro Colombiano de Estudios de la Lengua Aborígenes.

    lunes, 18 de marzo de 2024

    Mañana, gran presentación de literatura irlandesa

     

    Luego de la publicación de la antología de Cuentos irlandeses con temporáneos, realizada por Sinéad MacAodha, directora de Literature Ireland, y Jorge Fondebrider, en noviembre pasado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se suma a la publicación del volumen por parte de la Editorial Universitaria de Guadalajara y de Yarumo (editorial colombiana), la edición a cargo de Eterna Cadencia, de Argentina. 

    El volumen, traducido por un equipo de traductores especialmente seleccionado (Matías Battistón, Jan de Jager, Andrés Ehrenhaus, Jorge Fondebrider, Inés Garland y Pedro Serrano), será presentado en el día de mañana en la librería Eterna Cadencia (Honduras 5582, CABA) por uno de los antologadores y tres de sus traductores. La entrada, por supuesto, es libre y gratuita. 

    viernes, 15 de marzo de 2024

    Nunca pasó en cuarenta y ocho años de historia de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires


    La nota fue publicada por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, el 13 de mayo pasado. En la bajada se lee: "El presidente de la Fundación El Libro dice que llevan dos meses pidiendo una audiencia con los funcionarios del gobierno de Milei para negociar su participación en el encuentro cultural más importante de Buenos Aires; 'es una pena'”

    La Secretaría de Cultura de la Nación no confirmó su participación en la Feria del Libro y ponen en alquiler su espacio

    La frase de cabecera de los funcionarios del Gobierno de Javier Milei -”No hay plata”- figurará en un capítulo de la historia de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires si se confirma que en la próxima edición, que se realizará entre el 25 de abril y el 13 de mayo, la Secretaría de Cultura no tendrá un stand propio en el Pabellón Azul. Autoridades de la Fundación El Libro (FEL), la institución organizadora del evento cultural más importante del país, anunciaron que en pocos días pondrían en alquiler a otros expositores el espacio que ocupaba ese organismo estatal.

    “Nación tenía un stand de 300 metros cuadrados en el Pabellón Azul, muy lindo y con mucha visibilidad, porque mucha gente entra por ahí. Es una pena”, dice a La Nación, el presidente de la FEL, el escritor Alejandro Vaccaro.

    También trascendió que el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli (foto), no estaría presente en el acto de apertura junto con la escritora Liliana Heker, la ministra de Cultura de la ciudad anfitriona, Gabriela Ricardes; el representante de la ciudad invitada (que este año es Lisboa) y autoridades de las cámaras del sector. Ambas resoluciones abrirían una serie de conjeturas acerca del valor que el Gobierno asigna a la cultura y del vínculo que planea cultivar con sus representantes. “Nunca faltaron las autoridades al acto de inauguración; si no venía el ministro, venía el viceministro, pero no recuerdo una ausencia -remarca Vaccaro-. Hablan las autoridades del Gobierno nacional y de ciudad de Buenos Aires. Desde que estamos en La Rural, estoy seguro de que eso nunca pasó”.

    “Es una decisión política importante, más allá de la plata -agrega-. La repercusión de la Feria es conocida por todos; quedarse afuera es realmente increíble. Entendemos que hay que ser austeros y estamos dispuestos a negociar. Hace dos meses que estamos pidiendo una audiencia con el secretario de Cultura, que naturalmente es a quien debemos dirigirnos, y no nos atiende, no nos recibe. Tuvimos seis o siete comunicaciones, pero nos patean, nos patean. Es increíble esta negativa”.

    En 2023, el Ministerio de Cultura pagó 25 millones de pesos por ese megaespacio. Si la cifra se actualiza por el índice de precios al consumidor, hoy rondaría los 75 millones de pesos.

    “No soy partidario de hablar de cifras -dice Vaccaro-. Hay un precio de lista general para todos, pero hay distintas condiciones y descuentos. Con el Estado siempre negociamos muchas cosas, canjes, apoyos para la Feria Infantil y Juvenil; muchas cosas se juegan en el precio final. Lamentablemente, ahora no tenemos interlocutor para negociar nada”.

    Cifelli es secretario de Estado, pero la firma de los actos administrativos corre por cuenta de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. “Un secretario de Estado debería tener un margen de maniobra para decidir”, reflexiona Vaccaro.

    En 2023, cuando era candidato a la Presidencia, Javier Milei presentó a viva voz su libro El fin de la inflación en La Rural en la Sala José Hernández. Tanto editores como escritores prevén un año muy crítico para el sector editorial en la Argentina, en parte debido al ajuste económico que lleva adelante el Gobierno.

    “Aun en los momentos en que pasó de ministerio a secretaría, Cultura siempre estuvo -afirma el exdirector institucional y cultural de la FEL, el escritor Oche Califa-. Estuvo unificado con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el Ministerio de Educación, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), y desarrollaban actividades para el público”. Tanto la Conabip como la BNMM estarán presentes en la 48° edición de la Feria del Libro.

    En 2023, cuando era candidato a la Presidencia, Javier Milei presentó a viva voz su libro El fin de la inflación en La Rural en la Sala José Hernández. Tanto editores como escritores prevén un año muy crítico para el sector editorial en la Argentina, en parte debido al ajuste económico que lleva adelante el Gobierno.

    “Aun en los momentos en que pasó de ministerio a secretaría, Cultura siempre estuvo -afirma el exdirector institucional y cultural de la FEL, el escritor Oche Califa-. Estuvo unificado con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), el Ministerio de Educación, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), y desarrollaban actividades para el público”. Tanto la Conabip como la BNMM estarán presentes en la 48° edición de la Feria del Libro.

    La Nación intentó comunicarse con el secretario de Cultura para que confirmara esta noticia, pero aún no obtuvo respuesta.

    jueves, 14 de marzo de 2024

    Consecuencias de que exista el Programa Sur

    En una semana signada por la noticia de la casi desaparición del Programa Sur, el pasado 12 de marzo, Silvina Friera publicó un artículo en el diario Página 12, a propósito de la nominación de una escritora argentina al Booker Prize y la importancia que para ello tuvo el incentivo a la traducción otorgado hasta ahora por la Cancillería Argentina. En la bajada se lee: "La novela fue publicada por Charco Press, una editorial independiente radicada en Edimburgo que se especializa en ficción latinoamericana contemporánea. La traducción al inglés se realizó gracias al Programa Sur, que será reducido drásticamente: pasaría de 320.000 dólares anuales a 30.000. "Es un horror la manera en que no sólo la cultura sino el país entero está siendo completamente desguazado por este gobierno”, dice la escritora argentina.

    Selva Almada, nominada al Premio Booker Internacional

    Las traiciones, la muerte inesperada y lo que provoca en quienes siguen vivos atraviesan una novela argentina que se proyecta en el mundo. No es un río, de Selva Almada, es semifinalista del Premio Booker Internacional; la única autora argentina en un listado en el que figuran también la peruana Gabriela Wiener, el venezolano Rodrigo Calderón y el brasileño Itamar Vieira Junior. Not a River, en versión de la traductora Annie McDermott, ha sido publicada por Charco Press, una editorial independiente radicada en Edimburgo (Escocia) que se especializa en ficción latinoamericana contemporánea. Esta es la cuarta nominación en seis años que recibe un libro de la editorial que fundó y dirige la traductora y editora argentina Carolina Orloff. Las nominadas previamente son escritoras argentinas (Ariana Harwicz, Gabriela Cabezón Cámara y Claudia Piñeiro) y todos los libros se tradujeron gracias al Programa Sur, que será reducido drásticamente por el gobierno de ultraderecha encabezado por Javier Milei: pasaría de 320.000 dólares a 30.000, con lo que podría financiar apenas diez títulos por año.

    Almada (Villa Elisa, Entre Ríos, 1973) reconoce que es una “alegría enorme” estar en la lista del Booker. “Me alegra que sea con esta novela, que se publicó hace unos meses en Charco Press, una editorial que ya editó varios de mis libros y que viene abriendo un camino muy importante para la literatura latinoamericana en lengua inglesa”, destaca la escritora y agrega que le interesaba explorar en No es un río -que cierra la trilogía de varones que comenzó con El viento que arrasa y continuó con Ladrilleros- la síntesis, la condensación y al mismo tiempo “un lirismo profundamente relacionado al territorio en el que se mueven los personajes: el lenguaje del río, del monte y todo lo que los habita”.

    “Todo lo que está sucediendo en materia de cierres y recortes a instituciones y programas culturales es espantoso. Gracias al Programa Sur la literatura argentina contemporánea se publica, se lee, se premia en decenas de países y lenguas; sus autoras y autores son reconocidos en el mundo porque sus libros llegan a lectores y lectoras gracias a las traducciones. Es un horror que se pretenda recortar este programa como es un horror la manera en que no sólo la cultura sino el país entero está siendo completamente desguazado por este gobierno”, plantea Almada. Los seis libros finalistas, lo que se conoce como la “lista corta, serán anunciados el 9 de abril y la ganadora o el ganador se conocerá el 21 de mayo. La escritora argentina que más veces estuvo en el listado del Booker fue Samanta Schweblin. En 2017 fue finalista con Distancia de rescate, en 2020 participó con el libro de cuentos Pájaros en la boca y en 2021 con la novela Kentukis. Ariana Harwicz estuvo en la “lista larga” con Matate, amor en 2018. Gabriela Cabezón Cámara compitió en la “lista corta” con Las aventuras de la China Iron en 2020. Mariana Enriquez llegó a la final con Los peligros de fumar en la cama en 2021 y Claudia Piñeiro con Elena sabe en 2022.

    El Booker Internacional premia a los autores y traductores de una obra de ficción publicada en Irlanda y el Reino Unido con 50 mil libras esterlinas que se divide en partes iguales: la mitad para el escritor y la otra mitad para el traductor. Además de No es un río, están en la lista de los seleccionados las novelas Simpatía, del venezolano Rodrigo Blanco Calderón; Huaco Retrato, de la peruana Gabriela Wiener y Tortuoso Arado, de Itamar Vieira Junior. Completan el listado Kairos, de la alemana Jenny Erpenbeck, con traducción de Michael Hoffmann; The Details, de la sueca Ia Genberg, traducido por Kira Josefsson; White Nights, de la polaca Urszula Honek, en versión de Kate Webster; Mater 2-10, del coreano Hwang Sok-yong, con traducción de Sora Kim-Russell y Youngjae Josephine Bae; A Dictator Calls, del albanés Ismail Kadaré, traducido por John Hodgson; The Silver Bone: The Kyiv Mysteries, del ucraniano Andrey Kurkov, en versión de Boris Dralyuk; What I’d Rather Not Think About, de la holandesa Jente Posthuma, traducido por Sarah Timmer Harvey; Lost on Me, de la italiana Veronica Raimo, con traducción de Leah Janeczko; y The House on Via Gemito, del italiano Domenico Starnone, en versión de Oonagh Stransky.

    Desde Edimburgo, Orloff subraya la importancia que tiene el apoyo a las traducciones. “El Programa Sur es un programa modelo en el mundo; un programa que desde sus comienzos ha sido transparente y efectivo y a Charco Press lo ha beneficiado enormemente porque nos ha habilitado a formalizar apuestas que de otra manera quizás hubiera sido más difícil. El recorte que se está por producir es una tragedia”. Para Charco Press, una pequeña editorial independiente, la única en el mundo anglosajón dedicada a la literatura latinoamericana contemporánea, es un gran reconocimiento esta cuarta nominación en seis años. “La literatura argentina escrita por mujeres está teniendo una repercusión sin precedentes. La mirada del lector angloparlante está cambiando; es un cambio lento pero seguro en cuanto a la curiosidad hacia la literatura contemporánea de América Latina”, argumenta Orloff.

    miércoles, 13 de marzo de 2024

    El Programa Sur lleva 14 años de vida y 1700 obras traducidas a 56 lenguas, pero La Libertad Avanza

    En el diario Tiempo Argentino, de Buenos Aires, del 7 de marzo pasado, Martina Delgado reprodujo los puntos de vista de los escritores argentinos nucleados en la Unión de Escritores y Escritoras (UEE), una de las tres asociaciones existentes en el país, que nuclea a propósito de una eventual desaparición del Programa Sur. En la bajada se lee: "Desde la Unión de Escritores y Escritoras advierten que el programa no tiene presupuesto aprobado para este año porque está en revisión, lo que obstaculiza los planes editoriales, la planificación a largo plazo y la entrada de libros argentinos a otros países.

    El Programa Sur que financia traducciones de libros argentinos está en peligro

    El mundo editorial sigue en estado de alerta. Esta vez, corren peligro las traducciones de autores argentinos en idioma extranjero. El Programa Sur, dependiente de Asuntos Culturales de la Cancillería, es un dispositivo que financia a través de subsidios a las editoriales para que puedan realizar traducciones de obras de escritores argentinos que una editorial extranjera desea publicar.

    “El programa no tiene presupuesto aprobado y corre riesgo de desaparecer. Su inversión para el año en curso se encuentra en proceso de revisión y puede que ni siquiera llegue a aprobarse con un monto que lo haga viable”, advierten desde la Unión de Escritores y Escritoras (UEE).

    Desde hace dos meses, todos los editores que se comunican con el Programa Sur reciben la información de que aún no hay presupuesto aprobado para las traducciones. Esto impide que las editoriales puedan continuar con la producción y el ritmo de trabajo, y a la vez imposibilita la planificación a largo plazo.

    “Los planes editoriales requieren de una cierta anticipación. Además, hay un tiempo que demanda el jurado de selección de las traducciones. Ya estamos en marzo, ya se encuentra avanzado el primer semestre del año y no tenemos ni siquiera noticias. Perdimos dos meses, imaginémonos todas las traducciones que se podrían haber hecho”, dice a Tiempo el escritor Oche Califa.

    El Programa ha tenido un promedio de 135 aprobaciones por año desde su fundación, en 2009. En sus catorce años de vida apoyó la edición en el exterior de casi 1700 obras, en 56 idiomas y en general de autoras o autores vivos. Su tope de inversión individual es de 3.200 dólares.

    El catálogo de libros traducidos ha sido siempre variado. Sin ir más lejos, el año pasado se tradujeron desde clásicos de la literatura argentina como Los siete locos, de Roberto Arlt, Los galgos, los galgos, de Sara Gallardo, Zama, de Antonio Di Benedetto,y Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes, hasta libros de autores contemporáneos como Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enriquez, Lumbre, de Hernán Ronsino, Una ofrenda musical, de Luis Sagasti, y Las malas, de Camila Sosa Villada.

    De esta manera, las letras de Argentina pueden leerse en múltiples idiomas: serbio, rumano, turco, indonesio, griego, checo, búlgaro, azerbaiyano, árabe, amárico, italiano, chino, coreano, francés, portugués, inglés, ucraniano, macedonio, albanés, noruego, danés, yoruba, lituano, marathi y alemán, entre muchos otros.

    “El programa facilita la posibilidad de que un libro de autor argentino pueda ingresar a un país extranjero a través de otro idioma. Si dejara de funcionar sería mucho más difícil. Tenemos, por supuesto, países donde hay mayor posibilidad de ingreso, pero si uno revisa el listado del año pasado va a encontrar que se aprobaron traducciones a idiomas que de otra manera seguramente sería prácticamente imposible acceder”, dice Califa.

    Y agrega: “Por otro lado, si bien se traducen algunos clásicos, el altísimo porcentaje de libros traducidos son de escritores vivos. Esto quiere decir que si este año no hubiera Programa habría más de 100 autores argentinos que se quedarían sin la posibilidad de ser traducidos y de penetrar en el mercado extranjero. Dejarían de cobrar esos derechos autorales. Y además, esto implicaría reducir la circulación de nuestra literatura en el mundo”.

    Se trata de un programa reconocido en el mundo entero. En la Feria Internacional del libro de Frankfurt, en Alemania, ha sido distinguido por las autoridades y se lo ha colocado como ejemplo para otros países. Desde la Unión de Escritoras y Escritores, lanzaron un comunicado de alerta sobre esta situación “que se suma a otras en el campo del libro y la cultura en general -cierre de Télam, despidos en radio Nacional e INCAA- y que manifiestan, por si faltara mayor elocuencia, una combinación de desinterés y hostilidad del gobierno con los intereses argentinos, la cultura y el arte y sus industrias y creadores”.

    martes, 12 de marzo de 2024

    El Programa Sur en verdadero peligro

    A propósito de la entrada de ayer, el 8 de marzo pasado, en su columna semanal del diario Perfil, de Buenos Aires, la periodista Silvia Hopenhayn, una de las personas que integró la comisión de evaluación de las propuestas de traducción para el Programa Sur, se refiere a lo que le permitió descubrir esa labor.

    Traducir es exportar identidad

    Durante varios años me tocó participar como jurado del Programa Sur de apoyo a las traducciones, en Cancillería. Digo me tocó, porque fue un guiño del azar. No lo esperaba, y me permitió comprender de una manera programática el alcance mundial de una traducción. La migración de palabras de una lengua a otra es fundamental no solo para el autor que se maravilla con la “visión” de su obra en otros signos, sino para el entendimiento humano en general. Las nuevas versiones de un texto original multiplican el sentido del mundo, permiten gozar y comprender los sucesos de la vida y el lenguaje en distintas épocas y lugares, componiendo así el mosaico de sentido que ofrecen los textos a lo largo de la historia. No se entiende del todo nuestro pasaje por este planeta sin libros que lo enmarquen. Sin personajes que nos representen: Don Quijote, Hamlet, La Maga, Funes el memorioso, Erdosain. La lista es inmemorial.

    Allá por 2009, cuando comenzó el Programa Sur, nos pareció de enorme responsabilidad determinar el vuelo de la ficción argentina hacia otros lugares. Por suerte las decisiones no pasaban por una elección personal sino por el análisis de las condiciones de traducción. Nosotros recibíamos unas planillas con las solicitudes de las distintas editoriales, y debíamos cerciorarnos de la validez del compromiso que establecían. Por ejemplo, que fuesen tiradas de suficientes ejemplares, o que el subsidio no se excediera. Es bueno aclararlo; son los editores extranjeros quienes solicitan el apoyo a la traducción de determinados títulos, comprometiéndose a publicarlos. Los géneros son variados y sus autores también. La gran sorpresa que tuvimos los primeros años fue el pedido por parte de muchísimas lenguas (ya eso era magnífico, el pedido de una lengua…), de novelas argentinas del siglo XIX o principios del XX. El éxito que repentinamente tenía Una excursión a los indios ranqueles, solicitada por varios países. Quizá lo más atractivo a la hora de recibir las planillas era la sorpresa de la solicitud. Un apetito equiparable entre clásicos y contemporáneos. ¡Llegamos a descubrir lenguas que desconocíamos a las que fueron traducidos libros de Borges por primera vez!

    Mientras analizábamos las propuestas, solíamos pensar en todo lo que habíamos leído gracias a las traducciones, nunca olvidaré la baraja de autores extranjeros que surgieron de aquellos intercambios. Todavía guardo varias copias de algunas planillas, recuerdo de largas jornadas junto a intelectuales que compartían sus lecturas de autores extranjeros que, una vez traducidos, se convertían en familiares del entendimiento humano. De aquel grupo inicial que conformamos –y que se fue modificando, como corresponde, para enriquecer y ampliar las perspectivas– guardo en el alma las sonrisas cómplices, y críticas deleitosas, de Noé Jitrik, Horacio González o Leopoldo Brizuela, entre varios de los integrantes del jurado reunidos para que nuestra literatura se propague, y renazcan y brillen en otras lenguas los tesoros de la nuestra.

    lunes, 11 de marzo de 2024

    Un gobierno iletrado, al que la cultura no le interesa en absoluto

    Después de años de continuidad y coherencia, el Programa Sur, de la Cancillería argentina, sufre, como todo, los terribles embates de la presente administración en el gobierno. En la nota firmada por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, con fecha del 7 de marzo pasado, se lee: "El plan para apoyar la publicación de obras de autores argentinos en otros idiomas pasaría de US$ 319.721 a US$30.000, un monto que permitiría subsidiar solamente diez libros este año; aunque el presupuesto aún no es oficial, las cámaras del sector confirmaron el anuncio".

    Cancillería reduciría drásticamente el Programa Sur de traducciones

    El ajuste avanza sobre el Programa Sur de traducciones, una de las políticas culturales que sobrevivió a la grieta, desde su creación en 2009. Fuentes de Cancillería informaron a La Nación que el presupuesto previsto para este año representaría apenas el 10% del año anterior. Para apoyar las traducciones de libros de autores argentinos a otros idiomas con un monto no mayor de 3200 dólares, el programa dispondría entonces de 30.000 dólares (pesificados), lo que alcanzaría para subsidiar diez libros, que podrían ser de poesía o de humanidades. En 2023, el programa tuvo un presupuesto de 319.721 dólares y se subvencionaron 123 traducciones. Los libros se irán publicando hasta noviembre y los apoyos se pagarán cuando se publiquen (contra entrega de cinco ejemplares).

    En la lista de autores argentinos de 2023 cuyos libros se publican en inglés, portugués, francés, sueco, danés, kiswahili (en Kenia), italiano, serbio y ucraniano, entre otros idiomas, en el marco de este programa, figuran Alfonsina Storni, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Antonio Di Benedetto, Ernesto Sabato, Juan José Saer, Sergio Chejfec, Tamara Kamenszain Hebe Uhart, Daniel Guebel, Cecilia Pavón, Federico Jeanmaire, Alicia Plante, Leila Guerriero, Camila Sosa Villada y César Aira. Desde su creación, se han subsidiado casi 1800 traducciones a más de cincuenta idiomas. Las subvenciones se otorgan a editores extranjeros que asumen el compromiso de publicar las obras antes del 30 de noviembre del año siguiente a la convocatoria.

    En un mercado internacional de alta concentración, los catálogos literarios nacionales pierden competitividad sin traducciones. La Argentina tiene gran potencial en derechos de autor y de obras; basta como ejemplo lo que pasó con la novela de Ariana Harwicz, Matate, amor, que el director estadounidense Martin Scorsese leyó traducida al inglés para luego comprar los derechos.

    Las cámaras del sector ya han sido informadas por la directora de Asuntos Culturales de Cancillería, María Alejandra Pecoraro, que dijo a La Nación que el Programa Sur sería el “segundo presupuesto del área más alto” después del envío argentino a la Bienal de Venecia. La funcionaria dijo que brindaría más información una vez que saliera la “asignación presupuestaria”, que se halla demorada en las oficinas de Luis Caputo, el ministro de Economía.

    Asimismo, está demorada la fecha de apertura de la convocatoria, que suele hacerse a mediados de febrero y duraba hasta finales de septiembre, en la “temporada alta” de ferias internacionales del libro. En 2016, por una “transición administrativa” también había tardado en abrir.

    El Programa Sur apoya con fondos las traducciones de autores argentinos con dos objetivos claros: internacionalizar la literatura nacional y promover la exportación. Hay programas similares en otros países. Libros de autoras argentinas como Mariana Enriquez, Ariana Harwicz y Claudia Piñeiro, traducidos al inglés (la “lengua multiplicadora” del mercado del libro) con apoyo del Programa Sur, compitieron en el Premio Booker Internacional en años recientes; y autores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Roberto Arlt se tradujeron a decenas de idiomas, incluido el chino.

    Hasta 2023, un comité integrado por especialistas universitarios en literatura argentina, el director de la Biblioteca Nacional, un representante de la Fundación El Libro y la directora de Asuntos Culturales seleccionaba las obras.